Esto te cuento, sucedió en un lugar tan lejano y hace tanto tiempo que ya casi no me acuerdo, pero que si dejo una base de autocomprensión y desarrollo un conjunto de datos que le sirvieron para comprender la auto-identidad en relación con las otras personas con las que interactúa en el curso de la vida.

El personaje principal es una niña de familiar nuclear bien conformada por Padre, Madre, Hermanas, con una mamá que responden a las necesidades transmitiéndole calidez y sensibilidad humana  y un padre que le trasmite con sus actos, responsabilidad y compromiso, sus hermanas le trasmiten el valor de la convivencia y el compartir, el respeto mutuo y la interacción familiar, lo que  para la niña en su desarrollo vital marca de gran importancia su constructiva etapa infantil con dicha porque esto consolida su identidad y constitución de una persona independiente. Pero resulta que en su adolescencia ha de desprenderse de los lazos de dependencia familiar, debe diferenciarse y establecer relaciones con objetos de amor fuera de la familia (los nuevos grupo-amistades proporciona una fuente de nuevas identificaciones) por lo que la niña empieza a buscar objetos externos (amistades, novio)  que le proporcionen suministros de apoyo emocional y le ayuden a continuar con el proceso de individuación y con la familia se empiezan a manejar temas básicos que se negocian, en los cuales se establecen  unos límites flexibles que le permitan a la niña ya adolescente salir del sistema familiar, explorar y experimentar sus capacidades nuevas y, a la vez, refugiarse cuando no pueda manejar las cosas sola, este periodo para ella es de gran confusión y ruptura. La adolescente vive la dificultad de crecer y hacerse adulto y separado de sus padres (aparentemente por efectos de su adolescencia), asumiendo responsabilidades e independencia; los padres viven la dificultad de aceptar su crecimiento por lo que consideran necesario tratar temas básicos de negoción generándole a la adolescente autonomía y el autocontrol. Aquí la familia pasa de ser una unidad que la nutre y pasan a ser una plataforma para entrar en el mundo adulto de responsabilidades y compromisos. Este es otro proceso vital que también da gran importancia para que la adolescente sienta apoyo emocional ayudándole a continuar con el proceso de individuación. Además de esto la adolescente empieza a sentir un proceso de aprendizaje vital en el que adquiere  capacidad de dirigir y manejar las emociones en forma eficaz, que su familia ve como resultado una homeostasis emocional con actitudes acorde a ser racional y toma de decisiones acorde a valores y normas sociales y culturales. Su familia observa que la adolescente evita respuestas poco adecuadas en situaciones de ira, miedo o provocación; lo que beneficia las relaciones interpersonales. Estas vivencias positivas le han generado a la niña ya adolecente capacidad de autorregulación.

Al terminar su bachillerato ve que sus vivencias le han dado ciertas competencias con habilidades y destrezas para aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y a comprender, a transformar, por lo que ve que todo esto se practica en el mundo en el que se desenvuelve, y decide que necesita una formación humanista a nivel profesional con la concepción de competencia autónoma, ética, de responsabilidad ciudadana y de compromiso social con valores aprendidos en su desarrollo vital, que le dan una auto reflexión que su actuación profesional se manifiesta en dos planos de expresión: un plano interno, (reflexivo, vivencial) y un plano externo (conductual). Y colorín colorado este cuento se ha acabado y el proceso profesional en psicología aún continúa, así que cuando me lo vuelva a encontrar te lo terminare de contar.